A veces el fraude comienza con un “cuento del tío” virtual: engañados, los usuarios dan su número de celular o cliquean en avisos que los suscriben a mensajes pagos. Otras veces, empiezan a recibir los SMS “premium”, trivias o juegos sin haber hecho nada. Y recién lo advierten meses después, cuando ya les sacaron cientos o miles de pesos.
Pese a las promesas, entidades de usuarios denuncian que las estafas siguen, que los servicios compulsivos son difíciles de dar de baja y que el dinero pocas veces se devuelve. Por eso, ahora buscan que el Estado actúe.
La asociación Usuarios y Consumidores Unidos (UCU) hizo una demanda colectiva contra las empresas por cobrar servicios de terceros “sin tener constancia alguna de que los clientes efectivamente los contrataron”. Reclamaron allí la devolución de la plata y una medida cautelar que ponga freno a esas suscripciones involuntarias.
La ONG adjuntó 220 casos de todo el país y una encuesta de la Universidad Abierta Interamericana, publicada por Clarín, donde el 79% de los usuarios dijo que ya recibió SMS con costo no solicitados, el 44% dijo conocer a al menos otros cinco afectados y el 60% de ellos no logró que les devolvieran la plata.
La cautelar, sin embargo, fue rechazada por el Juzgado Civil y Comercial 21 de La Plata, en segunda instancia y hace un mes por la Corte Suprema provincial, al entender que faltaban pruebas.
Pero el tema no está cerrado. “En pocos días iremos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque, si esto no se frena, la causa de fondo puede tardar 10 años en resolverse. Y mientras, la estafa masiva sigue”, anunció Adrián Bengolea, presidente de UCU. Y reveló que, además, con otras entidades, le pedirán al Ministerio de Comunicaciones que intervenga.
En 2013, el gobierno había propuesto un reglamento que exigía informar de los costos a los clientes y pedirles una confirmación explícita antes activar cualquier servicio pago. Pero no avanzó. “Debería haber una clave personal. Y los SMS Premium, integrarse al Registro No Llame”, opinó Bengolea.
Ante la consulta, las empresas admiten que el tema genera quejas, aunque señalan que sólo median entre los usuarios y los proveedores de contenidos. Plantean también que, si lo desean, los clientes pueden pedirles entrar en una “lista negra” para nunca más quedar suscriptos a los SMS pagos, además de dar de baja cada servicio por teléfono o por la Web. Y destacan que en los últimos años hicieron mejoras que redujeron los fraudes.
En Claro, por ejemplo, afirmaron haber implementado un mecanismo para que el cliente reconfirme si quiere o no el servicio premium supuestamente contratado, antes de activarlo. En Personal aseguran que “penalizan” a las empresas que suscriben a clientes sin su permiso, y que tienen un sistema para devolver el dinero. En Movistar, por su parte, indicaron que “cuando un cliente llama reclamando por primera vez, se le bonifica el monto total del último mes facturado”.
La solución definitiva al problema, de todos modos, aún parece lejana.
0 comentarios